sábado, 22 de marzo de 2014

El olor de la madera

La luz justa, apenas un par de focos. Arriba, donde se esconden los aromas de los suspiros, un viejo ventanal a través de cual, se colaba un poderoso rayo de sol y abajo, donde las suplicas se transforman en rezos, te presentabas Tu, sencillo, sin alardes, sin grandes altares, tu y la sombre alargada de tu silente belleza. En esta ocasión no descansaba tu peana sobre un esmerado calvario de claveles, lo hacía sobre la madera fría de unas andas, que venían a elevarte lo suficiente para poder tenerte cerca. A los lados, dos jarras adornadas de lirio y clavel, y dando luz a tu luz, seis sencillos candeleros.

Siempre que acudo a verte siento la emoción del primer día, algo parecido a la alegría que siente un niño cuando sabe que sus padres, lo llevan a ver a los abuelos, porque se que siempre me recibes sin preguntarme porqué falté ayer, porque se que no te fijas en mis errores, porque se que no tienes en cuenta mis ausencias, ni tan si quera mis desplantes, me esperas sabiendo que necesito de ti y que solo vengo buscando tu mirada, esa que me da la calma y sabe decirme sin palabras, que las cosas importantes son aquellas que en ocasiones te pellizcan el alma y que el resto, son arañazos que cicatrizan con la medicina del paso del tiempo.

No estabas solo, te acompañaban algunas de las personas que de forma tan acertada, están sabiendo continuar con el legado que nos han dejado aquellos que nos han traído hasta aquí, algunos de los cuales también se acercaron a verte, porque aunque ya no sean los que tienen la última palabra, ellos siempre volverán a ti, porque ellos siempre serán de ti. A los que no lo hacen, no se lo tengas en cuenta, son víctimas de sus egos, hasta el punto, que incluso se permiten medir en balanzas de ignorancia, si uno siente mas o menos el peso de una advocación, son aquellos que no aciertan a ver que tu siempre seguirás, mientras que ellos, mientras que nosotros, estamos solamente estamos aqui  de paso.

Por allí pasaron cientos de personas, cada uno buscando en ti respuesta a sus anhelos, otros esperando encontrar salida a los callejones de sus miedos, algunos lo hacían por simple curiosidad y otros, se acercaban para admirar tu inmensa belleza. Niños pequeños que ven en ti al Dios de la escuela, a ese que ven en sus libros o personas mayores que ya necesitan de ayuda, para poder subir los escalones que anteceden a ese beso, pensando que quizás sea el último.

Allí llegué, acompañado como siempre de mejor de mis amigos, ese que aún sintiéndose extraño, siempre acude a ti cuando la cosa se complica,  porque sabe que aunque transite por otros caminos, todos llegan siempre al origen, todos le llevan siempre a ti ...nos sentamos y cada uno te habló de sus cosas. Siempre que te miro descubro en ti un rostro diferente, es como si quisieses decirme algo, ayer tu cara era de calma, como de satisfacción, en ese momento del día desconocía cual podía ser el motivo...

No hay cosa mas hermosa que ver tu cara, que respirar tu madera, si, respirar tu madera, porque tu eres capaz de darle olor a tu propia madera, ese olor que me llevo impregnado hasta el siguiente día de volver a verte, ese olor que recorre mi cuerpo y me ayuda a poner en orden el alboroto de mis días.
Pero si estremecedora es tu cara, mas aún es tu espalda, en ella entiendo lo pequeño que soy a tu lado, en ella aguantas el peso de todos los que a ti te rezan, de todos los que ayer besaron tu pié, tu espalda Señor, es el reflejo de que la madera se hace carne y hueso sin necesidad de ser humano e incluso, si miro tu abdomen y te siento respirar.

Ayer saliste de tu capilla provisional para no volver mas, de ahí esa sonrisa que te adivinaba en tu rostro. Una anciana fué la última en acercarse a tu sencillo y bello altar de besapie, tras ella, se cerró la puerta de la Imperial de San Matías. Dentro, la tímida luz de las velas que te escoltaban, dió paso a la iluminación de la que en unos instantes, sería tu capilla, ese lugar que tanto hemos soñado los que te queremos. De una forma sencilla pero muy respetuosa y elegante, fuiste llevado hasta ella, de fondo, la lectura de un pasaje evangélico ponía banda sonora a tan bello e histórico momento. La capilla de la virgen de la Misericordia te estaba esperando, el esfuerzo de personas anónimas ha hecho posible su restauración y es desde ayer, el mejor rincón te nuestra casa, porque para los hermanos de Paciencia y Penas, San Matías es nuestra casa. Los allí presentes contemplábamos emocionados como quedaba posada tu talla en tal bella hornacina, parece ser que estaba hecha y pensada para ti.

Alli permanecerás hasta el viernes de Dolores, día en el que el peso de tu belleza descansará sobre aquellos que en pocos días serán tus pies...desde ayer, descansas en el mejor sitio posible, un sitio hecho para ti, como dice un buen amigo...LO BELLO SOBRE LO BELLO.




Posdata: entrada dedicada a todos los que han hecho posible que Nuestro Padre Jesús de la Paciencia ocupe el sitio que ocupa desde anoche.