miércoles, 18 de febrero de 2015

Cuaresma



Ya estás aquí. Te estaba esperando. Has venido para recordarme que en 40 días, la luz será diferente. Traes contigo un aroma a nostalgia, que me regresa a mi infancia, cuando te esperaba para recorrer tu días, jugando a cofradías en el pasillo de un quinto piso. Eres el perfume de impaciencia que impulsa los anhelos de mi espera, traes a mis días las prisas, me despierto en tus mañanas, deseando escuchar en el móvil, ese sonido de wassap que me trae con el, una bonita cuenta atrás. Vienes vestida de invierno, pero traes en la mochila de tus días, tu mejor cara, esa que te pones cuando la primavera llama a tu puerta y que nos dejará a pocos días de alcanzar el gozo. Has acudido puntual a la cita para alargar las tardes y así, hacer mas llevadera la espera. Con tu llegada, empieza el ajetreo en las casas de hermandad, las familias comienzan a sacar la túnicas que plancharon y guardaron con primoroso esmero y los viejos arcones, donde durante todo el año, descansan ropas costaleras,se abren para volver a soñar con rituales que van pasando de generación a generación. Es el ritual del paso de los años, siempre igual, pero siempre diferente y es que, según te vas acercando, te voy presintiendo, Y ahora que has venido para quedarte, y para marcar el ritmo de los días, quiero abrazarte al igual que lo hacía aquel niño que poco a poco, se va haciendo mayor.
Bienvenida cuaresma...

lunes, 2 de febrero de 2015

Se que me estás esperando


Tu siempre tienes las puertas abiertas, no me pides explicaciones, recibes mis palabras olvidando mis silencios y te alegras, cuando me ves aparecer por la esquina de nuestro recreo. Estás dispuesto siempre a saber de mis ausencias, no me reprochas el no buscarte mas a menudo. Eres como ese amigo que siempre está, cuando levantas el teléfono.

Vuelvo a ti con proyectos que alimentan mi alma y que me hacen ver el futuro con lágrimas en las cuencas de mis cansados ojos, vuelvo a ti con encargos que me tienen cogido un pellizco en el alma, vuelvo a ti con el ritmo de 3x4 que en febrero pone banda sonora a mis frías noches y como no podía ser de otro modo, vuelvo a ti con el anhelo de una nueva cuaresma, que será igual que las anteriores, pero distinta a cada una de las pasadas. Vuelvo a ti con las canas disimuladas por las dudas, con los miedos fortalecidos por por el ejercicio de conocerme y con el cansancio, de nuevas decepciones. Pero no te preocupes amigo silente, seguimos saliendo indemnes de las guerras, las heridas se siguen cubriendo con cicatrices que aun siendo antiguas, tienen aspecto de recientes, porque las cicatrices que me pertenecen, son única y exclusivamente mías.

Se avecinan madrugadas de poner al trasluz el reflejo de mis recuerdos, de ponerle voz a emociones que se almacenan en la dermis de mi nostalgia, se avecinan días de cambios, días de volver a calzarnos los zapatos que me anudo en cada nuevo viaje. Nos espera un viaje intenso y quiero contártelo mas a menudo, quiero devolverte la confianza de tu silencio, quiero regalarte mis vivencias sin esperar tus consejos, me conformo con tu discreta distancia, eso si, no me pidas nada, espera a que sea yo el que venga a buscarte, el que venga a sentarme a la vera de mis recuerdos, déjame que sea yo el que inicie nuestras conversaciones, porque tu no puedes engañarme, se que me estás esperando....

Prometo no abandonarte y susurrarte un puñado de sentimientos e ideas que a este junta letras, le gusta plasmar en la página blanca de tu precoz infancia. Espérame y no me pidas nada a cambio, no me exijas que te cuente aquello que tu no puedes saber, pero te confío mis dobleces, te otorgo el privilegio de ser el betadine de mis arañazos.

Eres el baul de mis sueños y por eso vuelvo a ti, para ir guardando en él, aquellas cosas que nunca me gustaría perder...