
A la izquierda te ha esperado El, quien siempre espera, incluso a aquellos, que presumen de no volver. Han sido meses de miedos, de dudas, de no saber como lo estarías pasando, sin saberte mirada por tu hijos. Meses de nervios, pensando que esas manos que te tocaban, quizás no fueses conscientes de la enorme responsabilidad que caía sobre ellas..
Sonaron las campanas. Pasada la media noche, dormía la ciudad, la vida daba paso al sueño y sin embargo, en aquella céntrica Parroquia, la vida despertaba a la vida. Volvías a tu casa, al sitio donde las Penas, llevan tu nombre, al mismo donde te fuiste sin hacer ruido y sin embargo hoy, replicaban las campanas.

Eras tu madre, la misma que se fue, la que ha vuelto para regalarnos nuevas ilusiones y para llenar esa capilla que alberga tantas y tantas oraciones. En breve, los alfileres, las blondas, el tul y la mantilla se apoderarán de tu nueva piel y darán, aun mas si cabe, mas belleza a tu estrenada presencia. Te vestirán de Reina y serás como siempre, la madre de Dios, que en nuestra casa se llama Paciencia, la misma que hemos necesitado para esperarte, para soñarte y para saber vivir sin tu presencia. Gracias a las manos que te han devuelto mas bella, mas real y mas cercana, pero siendo tu, la misma que aquel dia de Junio, se fue sin hacer ruido...
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