miércoles, 3 de febrero de 2016

La mudanza

Se quedan los huecos del pasado, en apenas un suspiro, han salido de la casa los muebles que angustiaban tu existencia, en apenas un suspiro, se han ido los miedos que rondaban la soledad de tus noches. Cajas, donde la nostalgia se empaqueta al son de despedida, mantas que trasportan el peso de tus lágrimas derramadas y precintos que sirven, para poner punto y seguido a una etapa caducada.

La vida va pasando páginas sin pedir apenas explicaciones, somos responsables de nuestras actuaciones y somos también, dueños de nuestros miedos, esos mismos miedos, que no te dejaban hacerlo antes, los mismos, que susurraban a tu conciencia, no te merece la pena, ahora no es el momento...Pero te cansaste de despertar sola aún estando acompañada, de esperar ese cambio, que se equivocó de calle y finalmente no llegó, te cansaste de dar sin recibir, de ser padre y madre, te cansaste de cansarte, de llegar a casa y ver solo silencios, de tardes y tardes de soledad, estando siempre a su lado.

No busques culpables, se que no lo haces, simplemente has empezado a nueva vida, pensado solamente en ellas, en tus dos razones de vivir. En la mudanza, se han llevado los ecos del pasado y ahora, cuando abras las ventanas, las paredes que han quedado vacías, se inundarán de aire fresco, de nuevos proyectos y vestirás la casa de calma, ya solo serán tus ojos los que controlen la paz de tus días y serás tu, la que marques el transito del paso de las horas. La cerradura del mal trago, se ha cambiado por la de la esperanza, por la de llegar a casa sin tener que esperar a la noche para disfrutar de la calma, se han quedado en la basura los restos encontrados de aquel golpe del destino que sirvió para hacerte ver, que vida solo hay una, y la tuya especialmente, merece ser vivida de otro modo.


No habrá eco en la casa, porque se queda llena de recuerdos de una vida, no retumbarán las voces de las niñas, porque siguen todas las cosas en su sitio, no extrañarán los muebles que se fueron, porque eran muebles que aún viéndose, eran invisibles. Te quedas con tu casa preparada para empezar de nuevo, solo Dios sabe donde termina este nuevo peaje, lo único que está claro, es que se terminó la mudanza, que pone punto y seguido al comienzo de una nueva vida, la misma que ayer, pero distinta a la de mañana....

 

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