miércoles, 31 de julio de 2013

Los silencios de Julio...

Abundan los silencios cuando cae la tarde en el calor del salón, en las escaleras no hay juguetes pendientes de colocar, las galletas de chocolate descansan en el cajón y en la tele, no aparece Doraimon y mucho menos Violetta, son señales de que en esta casa falta la vida, esa que desde hace años veo reflejada en las sonrisas de mis dos hijos,

En estos días eternos de Julio, les hemos regalado a las abuelas, la suerte de disfrutar de sus sonrisas y de sus razonamientos ante una circunstancia que solo a ellos les preocupa. Días en los que nosotros quedamos descansando y disfrutando de la compañía del silencio y recuperando momentos que el día a día hace prescindibles, pero que son necesarios. Ahora disfutáis de vuestra playa, de consolas que se os niegan durante el año, de comer viendo la tele y de pasarlo bien jugando en atardeceres eternos con vuestro amiguitos, mientras Papa y Mama se quedan recordando lo largo que ha sido el invierno y pensando en vosotros, en que os hacéis mayores y que no sabemos si vamos a estar a la altura
.

Que difícil se hace vivir en el silencio de vuestra ausencia, aun sabiendo que casi no nos echáis de menos, porque los guardianes de nuestra ausencia, saben hacer de padres sin dejar de ser abuela y titos...Son días extraños, en los que escucho vuestras voces aun sabiendo que no estáis, días de mirar el reloj soñando con el viernes y sabiendo que los días de disfrutaros están cerca...

Que miedo me da veros crecer y pensar que estos días inocentes no volverán, quisiera saber trasmitiros que disfrutéis de ellos como si fuesen los últimos, pero al veros sonreír, creo que entre todos, lo estamos consiguiendo, porque todos estamos girando nuestras vidas en torno a las vuestras, tal y como hicieron con nosotros, regalándoos una infancia plena y feliz, por eso, cada noche, al veros dormir, doy gracias al cielo y sonrío al ver una estrella eternamente encendida....

Hace unas semanas acudí a la graduación de mi hijo Gonzalo, la de su hermana hace dos años me la negaron las obligaciones, allí vi feliz y radiante a mi enano, rodeado de los que son sus amigos y guiaran sus pasos durante sus años de estudio, disfrutaba viéndose protagonista de tan entrañable e irrepetible tarde. En ese sencillo, pero emocionante acto, nos regalaron un vídeo de su paso por educación infantil, y me di cuenta de que esos días se me han escapado, pero los he saboreado segundo a segundo, renunciando por ello a placeres materiales que en una balanza nunca podrían alcanzar a lo vivido. Jamas olvidaré todos los momentos que nos han regalado vuestro primeros años de vida, en los que hemos priorizado vuestra felicidad por encima de cualquier otra cosa.

Desde la frialdad que da tener lejos a mis dos hijos, me atraviesan mil preguntas y un buen puñado de miedos, pero también os veo crecer felices y eso me hace pensar que lo estamos haciendo bien y que aunque estos veranos no volverán, nunca los podremos olvidar, ni nosotros y estoy seguro, que vosotros tampoco....

El paso del tiempo avanza sin pedir permiso y nos llena de momentos que nos enseñan a valorar el regalo de la vida, esa que en estos días de Julio me hace echaros de menos y soñar con tardes infinitas de playa, viendo como os hacéis mayores, ajenos a que vuestra inocencia viajan mis miedos....  

Gracias a los canguros que han hecho de sus mañanas de Julio un sueño y a los que hacen que sus días de playa se conviertan en interminable.

Os regalo la canción que ilustraba tan entrañable vídeo de graduación y que desde ese día, no dejo de tararear...  






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