jueves, 12 de diciembre de 2013

Otoño

En pocos días pasarás a la historia. Serás un recuerdo mas, uno de esos que no ocupa espacio en el disco duro de nuestras memoria, a excepción de puntuales detalles que hacen deliciosa nuestra existencia. Eres una estación mas, por la que pasan los años y siempre, uno tras de otro, sigues volviendo a nuestras vidas. Contigo vienen los colores ocres, los suelos alfombrados de hojas caducas y los primeros fríos que darán paso a un largo invierno. Tu vienes a abrirnos la puerta de las heladas, vienes a llenar de humo los sótanos que aún guardan en los rincones las toallas de playa, vienes a regalarnos el sabor de la infancia en forma de castañas, vienes a recordarnos que el armario no se cambia solo y que las mañanas necesitan de bufandas y guantes. Nos dejas tardes que se convierten en noches con la misma fugacidad que pasa un amor adolescente. Tu aire fresco, se lleva añoranzas de largas conversaciones al sol y nos marcas a fuego con la frialdad de tu presencia.

Has pasado rápido casi sin hacer ruido. Nos has mudado la piel, dejando a la luz, viejas heridas que aún siguen sin querer cicatrizar. Con tus vientos, te llevas la falsedad de un abrazo efímero y la confianza de que aquel trabajo o aquella amistad que pensábamos ilusos, que eran para siempre, se van y volverán, tal y como lo haces tu Otoño, y volverás para recordarnos que pase lo que pase, llegas de nuevo, señal inequívoca de que la vida sigue,que no se detiene por nadie, porque nadie es imprescindible y porque en este vida, estamos de paso, aunque eso si, ese paso, hay que explimirlo y saborearlo, sin dejar que tus cortas tardes se lleven sensaciones y vivencias que no volverán a ser nunca las mismas, ni tan siquiera parecidas.

Llegas siempre para cambiar la hora, para recordarnos que los sueños están ahí, a la vuelta de la esquina y que si no los alcanzamos nosotros, algún soñador hará de este, el mejor de sus otoños. Eres efímero y romántico, traicionero e ingenuo, eres frío y calor, eres una estación de paso, que vienes sin avisar y traes contigo sentimientos que nos recuerdan que un lejano otoño, se fue contigo aquella persona que sigue presente en cada día de mi existencia,que marca ese calendario al que casi ya, no le quedan hojas para arrancar.

Este Otoño será siempre recordado en mi familia, porque en las postrimerías del mismo, casi en el descuento, llegó a nuestras vidas una nueva sonrisa que lleva por nombre Carmen. Llegaste deseada y buscada, y te presentaste grande de cuerpo y pequeña de inocencia. Desde ahora en una casa donde reina la Esperanza, el rosa será un color y no una ilusión, aunque siempre, allá por Agosto, sea el celeste de tu hermano Manuel, el que vuelva a recordarnos que ya sois dos los frutos y  protagonistas de una bella historia de amor.

Dejas atrás sueños cumplidos en noveles pasarelas, destinos de trabajo que tienen como meta el alcanzar un proyecto largo y definitivo, viajes a ciudades donde las estrellas de la tele se hacen de carne y hueso, viviendo experiencias que nunca podrán olvidar, ilusiones de amores que no se deciden a saltar al vacío, dejas atrás semillas que recogeremos cuando las tardes vuelvan a ser largas...

Cuando tu llegas Otoño, siempre traes en tus gélidas hojas del calendario los santos de mis querubines de carne y hueso, siempre vistes las imágenes de mis devociones de negro, para después iluminarlas de azul inmaculado....

Eres Otoño, una estación llena de magia, que vienes para llevarte el sabor de los helados de stracciattela de Los Italianos y regalarnos, en tu despedida, el de los mantecaos que ya presiden muchas mesas de casas anhelantes de que sus sueños de Navidad se hagan realidad, porque aunque haya rumores, empeñados en decir lo contrario, los sueños se cumplen....Hasta siempre Otoño 

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